POESIAS FAMOSAS




LA LUNA

Ya nadie mira a la luna,
la luna ya no es de nadie;
ya no la cubren de besos,
ya no la bañan con sangre.

Ni ya le escriben poemas,
ni ya le clavan puñales;
ya no hay tragedias de amores,
ya no hay amor, no hay amantes.

Ya pasa sola la luna,
ya pasa sola, sin nadie;
ya no amontona secretos
ni alumbra sueños, como antes.

¿Adónde fuisteis, poetas,
adónde fuisteis, amantes,
que la dejásteis sin versos,
que sin amor la dejásteis?

Ya no es de nadie, ni es luna,
la luna que ahora nos sale;
porque es un círculo sólo,
y sólo un círculo errante.

Sólo un castillo arrumbado,
sólo un recuerdo distante;
sólo una historia en un libro,
sólo una estatua en un parque.

La luna no será luna
sin corazones que amen;
sin pensamientos que vuelen
y sin poetas que canten.

Y es esa luna, lunero,
la misma luna, no obstante,
que tú metiste en los versos
porque era tuya una parte

Pero los hombres son otros
y otras las cosas que valen;
y otros los ojos que miran
y otras las formas de amarse.

La luna no será luna,
porque la luna es mirarse:
asesinar con los ojos
hasta el dolor de la sangre.























EL REFLEJO DE TU VIENTRE
La descubro en el espejo observándose cuerpo,

Acariciándose el vientre y mirando su reflejo,

Y yo le pregunto a mi amada que es lo que está pasando,

Con lágrimas en la cara y una voz muy delicada,

Ella me contesta ¡un bebe estoy esperando!


La descubro en el espejo observándose su cuerpo

Cada mes hace lo mismo pues su vientre va creciendo

En la espera de nuestro hijo que celosa va luciendo...

Llora y ríe, ríe y llora al sentir sus movimientos...

Le habla con sutileza y le dice ¡te queremos!


Y al mirarla en el espejo en mi mente van creciendo

Mil preguntas que hacerle y decirle lo que siento,

Al ver parte de nuestro amor en su vientre floreciendo,

Que se siente amada mía dar vida a un ser nuevo,

Que forma parte de ti y depende de tu cuerpo...


Y al mirarla en el espejo con voz entrecortada

Le digo a mi amada que me deje tocar su cuerpo...

Y sentir entre su vientre la dulzura de un ser nuevo,

Ser parte de las caricias, y sentir sus movimientos

Hablándole cosas lindas y decirle que lo quiero...


La descubro en el espejo observándose su cuerpo,

Acariciándose el vientre tiernamente y sutilmente

Con la voz entrecortada, casi casi en secreto,

Con lágrimas en la cara, y un quejido en el viento,

Me dice mi pequeña amada, ¡¡ha llegado el momento!!

Le doy gracias al cielo por vivir el sentimiento

De ver a mi hijo nacer de esa agua estoy sediento,

Mientras a mi mujer, le doy palabras de aliento

Le digo cuanto la amo, le acaricio sus cabellos...

Le doy gracias a Dios por tener el privilegio

De poder ser padres, y mandarme un ángel del cielo...