viernes, 3 de junio de 2011



Erase una vez un niño a punto de nacer.
Que se acerca a Dios y le pregunta:
¿Me dicen que me vas a enviar a la Tierra mañana?.
¿Pero cómo voy a poder vivir allí siendo yo tan pequeño e indefenso?
-Dios le contestó:
¿De entre los muchos ángeles que conozco, he elegido uno para ti?.
¿Te estará esperando y te cuidará?.
¿Pero? dijo el niño
¿Aquí en el cielo no hago otra cosa que cantar y sonreír?.
¡Y eso es todo lo que necesito para ser feliz!.
-Dios le dijo:
¿Tu ángel cantará para ti cada día y así sentirás su amor
y serás feliz?.
-Y dijo el niño
¿Cómo voy a poder comprender a la gente cuando me hablen si
desconozco su idioma?.
Eso es fácil
-le dijo Dios:
tu ángel pronunciará las palabras más bonitas y encantadoras que jamás hayas escuchado.
Y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.
-El niño alzó su mirada a Dios y le dijo:
¿Y qué voy a hacer cuando quiera hablar contigo??.
-Dios sonrió y le dijo:
Tu ángel te juntará las manitas y te enseñará a orar.
-El niño dijo:
¿También me han dicho que en la Tierra hay hombres malos?.¿Quien me va a proteger?
-Dios le rodeo con sus brazos y le dijo:
Tu ángel te defenderá,
¡al punto de entregar su vida por ti si fuese necesario!.
El semblante del niño se ensombreció y dijo:
¿Pero siempre estaré triste porque ya no te voy a ver?.
-Dios abrazó al niño.
Tu ángel te hablará siempre de mí y te enseñará el camino de vuelta hacia mi presencia, aun cuando yo esté siempre a tu lado.
En ese momento se sintió una gran paz en los cielos, pero ya se
escuchaban voces procedentes de la Tierra.
El niño, apresurándose, planteó una última pregunta:
¿Si me voy ahora mismo, Dios, ¡dime cómo se llama mi ángel!?.
A lo que Dios le contestó:
¿Su nombre no importa mucho? sólo tienes que llamarle
¡MAMÁ!